Con la invasión de Ucrania, Europa ha descubierto que la tragedia de la guerra no es algo ajeno o del pasado. La tenemos ahÃ, cerca, ahora mismo, y televisada en directo.
Estamos viendo huir y morir a personas muy similares a nosotros en su forma de vida, cultura y aspiraciones, muy cercanos en muchos sentidos. Quizás por ello la solidaridad ha sido más inmediata e intensa que en otras guerras.
En el local de C’s Esplugues, coordinados con la Asociación Cultural Esplugues – Ucrania Tara Shevchenko, recogimos material y alimentos para Ucrania. Queremos dar las gracias por la ayuda y la colaboración de muchos vecinos que aportaron su granito de arena en esta tarea de apoyo a los ucranianos.
Pero además de la tragedia en sÃ, hay tres aspectos que requieren de una gran reflexión:
1) Detrás de esta guerra, está el nacionalismo expansionista ruso con la lengua como principal justificación del cambio violento de fronteras. Ligar la lengua al territorio suele traer derivadas indeseables, como estamos viendo. Es por ello que creemos que, en Cataluña, la convivencia lingüÃstica debe preservarse. Las imposiciones lingüÃsticas del Govern son contraproducentes para la lengua que se quiere defender, además de un motivo de aborrecimiento y conflicto.
2) La Unión Europea, pese a las sanciones impuestas a Rusia, no ha tenido la suficiente fuerza ni para evitar el problema, ni para anticiparse a él. Hay que fortalecer la UE como el mejor instrumento para evitar que el fantasma de la guerra reaparezca entre los europeos.
3) Vivimos en un mundo global y las guerras, más o menos lejanas, nos repercuten de inmediato, también en nuestra vida cotidiana (energÃa, precios, trabajo, etc.). Los problemas globales no admiten soluciones locales. La segregación de Europa en pequeños estados independientes de nuevo cuño, lejos de resolver los problemas de los ciudadanos, serÃa una nueva fuente de disputa. La unidad de Europa es imprescindible para hacerles frente.
