La calle Àngel Guimerà es el gran eje de dinamización y vertebración del barrio del Gall. La importancia de esta vía ha ido en aumento en los últimos años por las reformas urbanísticas que se han realizado. Es también el barrio que alberga el polígono industrial, que tiene el mismo nombre, y que está en plena transformación.
El otro gran punto de referencia del barrio es la Biblioteca Central Pare Miquel de Esplugues, que completa un mapa de equipamientos que cuenta con un casal de barrio, un esplai, una residencia y un centro de día de personas mayores; tres escuelas de primaria (dos públicas y una privada), una guardería municipal y dos parvularios privados, una clínica geriátrica y un ambulatorio y un punto limpio, entre otros. También se han incorporado 2 equipamientos supramunicipales: el hospital comarcal Moisès Broggi y el Parc Ciclista Llobregat. El cementerio municipal y la sede de la Policía Local y de los Juzgados y Registro Civil también se encuentran en el barrio, así como uno de los dos hoteles de la ciudad, el Hotel Esplugues.
El tejido comercial y la actividad económica se centra en el polígono industrial, el más importante de la ciudad. La calle Àngel Guimerà y el Parc Pou d’en Fèlix son el punto de encuentro del vecindario de un barrio que ha sabido crecer respetando sus orígenes industriales, la fisonomía de las calles más cercanas a la avenida de Cornellà y que ha ganado en vida social con el nacimiento y consolidación de nuevas entidades.
Orígenes:
Del origen del barrio del Gall no hay demasiados datos documentados. Como dice el libro Tornant a mirar, de Pasqual Juan, “esta zona, hoy muy poblada, nació tímidamente en la calle de Fàbregas y, en un principio, no era más que una fila de casitas con algún almacén en medio, que ocupaba el lado de los números impares”. El mismo libro recuerda que hacia el año 1925 se abrió el pasaje Joan Brillas y “pronto se edificaron un buen número de casas bajas que todas tenían un trozo de huerto detrás”. El pozo de Fèlix Brillas, que ahora da nombre al parque más grande del barrio, suministraba el agua que necesitaban estas casas.
Los terrenos originariamente agrícolas de la zona dieron paso durante la primera mitad del siglo a algunas industrias. En 1929 se instaló la primera fábrica textil, Las sedas, y también la primera fábrica de pastas de sopa preparadas que hubo en España: El Gallo”. Ésta última le dio nombre al barrio. También de especial importancia para la zona fue la instalación de la factoría Corberó que, con los años, fue uno de los símbolos de la ciudad por el alto número de espluguenses que trabajaban allí. La crisis de esta empresa, a finales de los 80, provocó en la ciudad una jornada de protesta como pocas se acuerdan. La empresa Mediapro ha construído en la antigua factoría Corberó el centro de producción audiovisual, Imagina, con una superficie de 31.100 metros cuadrados, que acoge a empresas del sector y que supone un impulso a la actividad económica de la ciudad y pone en valor la recuperación de la fábrica Corberó, un gran patrimonio industrial.